sábado, 5 de noviembre de 2011

El tiempo es oro...



Comenzamos con este singular refrán de antaño que mil veces hemos usado y fue hasta ahora que alguien le dio el sentido literal a este refrán.

En vísperas de los premios de la academia “Los Oscares” muchas “buenas” películas se estreranor o están por estrenarse, en esta ocasión hablaremos de “El precio del mañana”.

Honestamente su traducción me recordó al título de alguna película de James Bond, algo asi como…

007: El precio del mañana…

En los últimos malditos años no hemos presenciado historias con un guión o al menos una idea original, hemos visto sagas terminarse, remakes innecesarios y demás, el precio del mañana no es la gran excepción, me recuerda un poco a Robin Hood; sin embargo, quiero afirmar que su concepto es muy valioso.

Cambiar el dinero por horas, minutos, segundos de vida, es realmente muy interesante. Mantiene una trama que alimenta muchas teorías de conspiración en torno a la gente con poder, dueños de bancos, illuminatis en fin.

Mientras la trama se iba desenvolviendo encontré algunos errores de dirección, continuidad e inclusive visuales, pero la historia en mi opinión, sin problemas puede rescatar todo eso, no es una simple película taquillera, hay que ser muy inteligentes para comprender la trama en general, no podemos considerarla como una mala o buena película, mas bien debemos de analizarla y reflexionar.

El precio del mañana nos deja mas de una sola relfexión.

Otro detalle interesante es que tanto se llega a identificar uno mismo con la trama y sus personajes, ya que de ello se pueden sacar muchísimas conclusiones personales.

El arte, los diálogos, las actuaciones los efectos visuales, la música, todo se me hizo tremendo, como dije antes no considero esta como una excelente película, la definición correcta sería una gran reflexión adaptada correctamente.

Cumple con mis expectativas y me atrevo a decir que la veo nominada para algunas estatuillas doradas en esa gran noche que tendremos en febrero.

Es una película para un público observador, conocedor, y hasta cierto punto, para un publico que ya se encuentra laborando.

Me dejo con un buen sabor de boca.

Puedo recomendártela, no sin antes advertirte que si no eres de los que prestan atención a los detalles puede que no sea muy de tu agrado y de tu boca salga un comentario como “que jalada estoy viendo”.

Y tu tiempo… ¿Cuánto vale?