Yo no me considero a mí mismo como alguien importante, especial o único, no brillo, no saco fuego por la boca y tampoco tengo cola de mono y con la luna me transformo.
Pero, sin embargo; me declaro un orgulloso pescador… si, así como lo lees, un pescador. Pero no me verás pescando en océanos, en lagunas, charcos o estanques, no, no lo harás ya que yo no pesco precisamente peces, bueno tal vez si, peces de colores, con alas, a veces también pesco lámparas con voz, animales con rostros humanos, todo el tiempo, estoy pescando.
Todos los días caminamos, vemos, oímos, olemos, tantas y tantas cosas distintas, que hacen que inmediatamente comencemos a pescar dentro del enorme universo acuático que es nuestra imaginación.
Muchas veces me han preguntado ¿Cómo le haces para que se te ocurran tantas cosas?, tu ya sabes la respuesta, “soy un pescador”. Todo el tiempo nos encontramos pescando; sin embargo, muy pocos de nosotros le sacamos provecho a todo lo que encontramos, son como piezas de LEGO que hay que armar y si no las juntas rápido se perderán por siempre.
Cada que vayas de pesca recuerda que todo se debe de juntar al final, y debes de encontrar la manera de que todo eso, se convierta en una realidad, es como imprimir algo, en un momento es virtual pero segundos después lo tienes entre tus manos.
Recuerda nunca dejar de pescar, y quien sabe, tal vez algún día podamos competir en algún torneo de pesca.